Una desacelaración del crecimiento y de la demanda interna para el 2013, que abre espacio para evaluar eventualmente una política monetaria más expansiva y para ver un tipo de cambio más depreciado, fueron algunos de los componentes del mensaje entregado por el Banco Central, a través del Informe de Política Monetaria (Ipom).
Las señales de los últimos meses indican que las condiciones externas e internas han comenzado a normalizarse. Es decir, estarían cambiando las condiciones extraordinarias vistas en los últimos años, con elevados términos de intercambio y condiciones de financiamiento externo muy favorables. A ello se unió a la situación interna, donde el avance del ciclo de inversión ha redundado en el fuerte dinamismo del empleo y del gasto, en un contexto de inflación contenida y una tasa de política monetaria en rangos neutrales.
El comportamiento de la inversión se enmarca dentro de una trayectoria de desaceleración que era esperable, producto de que hemos tenido dos años de desempeño récord de la inversión: ha estado creciendo 2,5 veces más que el Producto y la tasa de inversión llegó a 27% del PIB, un nivel histórico.
Se había anticipado esta desaceleración para el cuarto trimestre del año pasado, pero comenzó en el primer cuarto de este año. De acuerdo con los catastros de inversión, se ha detectado que hay una postergación de proyectos que se relacionaría con el deterioro en las condiciones externas y un ajuste en los términos de intercambio.
Hay que tener en cuenta que en segundo semestre del año pasado, en promedio, las importaciones de capital crecieron 27%. En el cuarto trimestre del año pasado llegaron a US$ 5.500 millones y en el primer trimestre de este año fueron de US$ 3.700 millones. Por la base de comparación y sin que continúe la desaceleración, es anticipable una tasa de crecimiento muy negativa para el cuarto trimestre.
La inversión en minería se mantiene alta, pero no sigue creciendo al mismo ritmo, pues hay proyectos importantes que están llegando a su etapa de maduración, y el sector inmobiliario, luego de un desempeño muy acelerado en 2011 y 2012, va hacia una normalización. En transporte también habrá un menor crecimiento, porque el año pasado se concretaron importantes compras de material.
La economía mantiene un crecimiento en torno al 4% en el segundo trimestre, y los patrones son similares al primero, con un menor aporte de la inversión. Ya en el primer trimestre hubo una desaceleración del consumo, que se vio principalmente en los componentes de no durables y servicios. También se ha detectado un retroceso en las expectativas de los consumidores, pero se mantiene el dinamismo en los bienes durables.
A medida que los salarios pasen de un crecimiento real de 5% hacia un nivel más cercano a 3%, los consumidores debieran ajustar sus patrones de consumo, particularmente en el ítem de bienes durables (automóviles y equipamiento de hogar).